El libro es cultura y la cultura es competitividad

El libro es cultura y la cultura es competitividad

Arranca la Feria del Libro de Madrid que celebra ya su septuagésimo cuarta edición y que albergará a 471 expositores hasta el próximo 14 de junio. Un encuentro ineludible entre editores, literatos y lectores que prevé este año un crecimiento en las ventas tras unos años en los que el sector se ha visto en jaque y perdiendo la partida.

La apuesta es fuerte y es que la principal novedad es el leit motiv de la Feria: “El amor está en lo que tendemos/ (puentes, palabras)”. Estos dos primeros versos de poemario Breve de José Ángel Vicente reflejan la convicción de que los libros son esenciales en nuestras vidas. El universo de los libros es infinito sea cual sea su formato: papel o digital. El éxito que prevé la Feria del Libro de la capital es solo un indicativo de que la riqueza que aporta a la cultura de un país la lectura y la capacidad de crecimiento y de competitividad que tiene un país que lee.

Porque al libro en papel, con su olor característico, su tacto y sus hojas que pasan de forma frenética ante una lectura apasionante, le queda mucha vida aún. Porque los libros digitales, no han llegado para acabar con el papel sino para ofrecer una experiencia de lectura nueva y un abanico de posibilidades a la publicación y distribución de ejemplares. El nuevo formato otorga libertad a los autores y, por supuesto, a los lectores: ahora el escritor tiene un mayor dominio sobre su trabajo y puede decidir la forma, el momento y el formato de la presentación de su obra, a lo que se suma una opción de ocio y formación más accesible para los lectores del siglo XXI que ya no tienen solo cuatro extremidades, ahora tienen dispositivos digitales.

No hay excusas para sumergirse en estas obras de arte que, palabra a palabra, levantan pasiones, emocionan, descubren, iluminan, enseñan y son capaces de aportarnos todas y cada una de las sensaciones, conocimientos y competencias que una persona puede soñar.

La industria cultural de un país provocan un desarrollo del mismo, una dinámica de crecimiento que se consigue cuando un libro es leído, y es ahí donde está el beneficio cultural. Leer libros suponen una actualización constante para ser capaces de participar en un mundo global, de información y conocimiento en cambio continuo. Tal y como señala Juan Carlos Sáez en Industrias Culturales: Un aporte al desarrollo: “Un país más culto es más competitivo. Conviene leer. Es un vicio que nos conviene a todos”.

Fuente: Foromarketing.com