Franquicia de producción: el propio fabricante comercializa sus productos directamente o mediante master-franchise en aquellos países o zonas geográficas que no desee hacerlo él. También se denomina «franquicia integrada».
Franquicia de distribución: el franquiciador decide qué productos fabricados por sus proveedores interesa comercializar a través de sus franquiciados. Denominada también vertical-inversa.
Franquicia de servicios: muy extendida en EE.UU.; supone para el franquiciado vender las prestaciones de servicio creado y puesto en marcha por el franquiciador.
Franquicia semi-integrada: es la que se mantiene entre un productor y un mayorista, o bien entre el mayorista y los detallistas.
Franquicia horizontal: es la que soportan empresas situadas a un mismo nivel, como fabricantes con fabricantes, mayoristas con mayoristas...
Franquicia asociada: también muy extendida en EE.UU. Permite a ambas partes participar económicamente en sus respectivas actividades económicas, incluyendo el intercambio de acciones o participaciones.
Multifranquicia: consiste en que un mismo franquiciado tenga la titularidad de varios puntos de venta o franquicias. En nuestro país es un valor al alza.
Plurifranquicia: el franquiciado de una cadena de tiendas se une a otra red de establecimientos que no sea competencia directa de la primera.
Franquicia córner: tiene lugar cuando un detallista tradicional reserva una superficie de su tienda a un determinado fabricante o distribuidor, y siempre en régimen de franquicia.
Cobranding: no es un tipo concreto de franquicia, sino la unión de dos enseñas complementarias en un mismo local, en el que comparten gastos y gestión comercial. Por sus ventajas en el sector de la distribución conviene al menos tenerlo en cuenta.