Aportaciones de la innovación
- 20 April, 2012
- Editorial
Aunque todos somos conscientes de que la innovación es una palanca de cambio económico, las cifras no acompañan y la situación del I+D en nuestro país ha hecho saltar las alarmas. Según los resultados del European Innovation Scoreboard, el informe anual que compara las actuaciones en materia de innovación de los miembros de la UE, España ocupa el número 20, muy por detrás de países como Dinamarca, Finlandia, Alemania, Suecia y Reino Unido que se sitúan a la cabeza en innovación.
A la mala situación que se viene arrastrando desde 2009, se suma el nuevo recorte presentado estos días por el Gobierno, donde el I+D se ha llevado una de las peores partes. La aportación no llegará a los 6.400 millones, lo que supone un 25% menos, cifras que han alertado a la comunidad científica.
Sin embargo, a pesar de situarnos por debajo de la media europea en cuanto a inversión en I+D, resulta curioso que España ocupe la tercera posición en Europa, solo precedida por Reino unido y Francia en cuanto a número de centros de I+D abiertos por multinacionales extranjeras entre 2003 y 2010. En España hay cerca de 2.200 multinacionales extranjeras que realizan actividades innovadoras en nuestro territorio pero si no mejora la fiscalidad y cambian las políticas de I+D+i podría producirse la deslocalización de estos centros y su salida del país.
Es necesario revisar con urgencia las políticas de investigación y desarrollo, erradicar las desigualdades territoriales internas para equiparar nuestra posición a la del resto de Europa y buscar soluciones. Los líderes del sector TIC acaban de presentar un plan para fomentar la innovación y creación de empleo en las pymes con el objetivo de que adopten las tecnologías de la información y comunicación como factor para mejorar su competitividad. Si las pymes españolas no crecen e innovan, no será competitivo el 60% de nuestro PIB.
La innovación aporta de forma indiscutible soluciones más allá de los límites internos de cualquier compañía y apostar por ella no solo significa apostar por el crecimiento y la competitividad, sino que además es un factor importante que contribuye a la creación de nuevos puestos de trabajo. Recientes estudios han demostrado que las empresas españolas que más invierten en I+D crean una media del 2,7% más de puestos de trabajo.
Pero la innovación no es solo cosa de las empresas y centros de investigación, sino que también deben implicarse las universidades creando programas de investigación y colaborando con proyectos públicos y privados. Las compañías han venido gestionando la innovación de forma cerrada a través de proyectos que se desarrollan exclusivamente con los medios y el conocimiento de la propia organización, sin embargo se ha impuesto un nuevo modelo de innovación abierta en el que ya tienen cabida las colaboraciones y los nuevos proyectos se originan tanto dentro como fuera de las empresas.
Como país desarrollado debemos seguir apostando por la innovación. Hay que trabajar especialmente sobre aquellos sectores más atrasados en temas de innovación como es el caso del sector turístico y mantener el nivel en otras áreas en las que hemos logrado grandes avances como es la innovación tecnológica y de la que aún se esperan grandes resultados. Las aportaciones que la investigación y la innovación pueden ofrecer a un país son infinitas y no podemos olvidar que es una asignatura imprescindible para consolidar la marca España en el mercado exterior y crecer a nivel internacional.