El comercio justo

El comercio justo es un modelo alternativo de comercio pensado para promover y defender una relación comercial voluntaria y justa entre productores y consumidores. Originariamente fue promovido por diferentes organismos, como organizaciones no gubernamentales, la Organización de las Naciones Unidas y por movimientos sociales y políticos como el pacifismo o el ecologismo.

Principios como la defensa de la libre iniciativa y trabajo, el rechazo a los subsidios y ayudas asistenciales, el rechazo a la explotación infantil, la igualdad entre hombres y mujeres, el trabajo digno y el respeto a los derechos humanos son los pilares de esta alternativa enfrentada al modelo de explotación, tachados de menos justos. Su objetivo es evitar la discriminación y el proteccionismo y fomentar la iniciativa de los productores de países en vías de desarrollo.

La llegada a España del movimiento de comercio justo se produjo con el habitual retraso que arrastramos en tantas otras tendencias, novedades u oportunidades. Fue a partir de los ochenta cuando tuvo su auge, hasta alcanzar en el nuevo milenio cifras de 15,8 millones en ventas (resultados de 2008).

Bajo una óptica de marketing, vamos a identificar una serie de recomendaciones tomadas de la filosofía del comercio justo que pueden ayudar a la venta, imagen y filosofía de la empresa. Seamos conscientes de que el consumidor va asumiendo mayor responsabilidad en sus compras y la ética guía cada vez más sus decisiones. Por eso, recomendamos seguir las siguientes recomendaciones:

Sea claro, sencillo y evite las apariencias. Sus productos deben destacar por su sencillez y realismo, ya que el consumidor cada vez huye más de falsas esperanzas o diseños complejos. Explique su producto sin adornos innecesarios y gane en autenticidad y visibilidad en el mercado.

Haga participe al consumidor de una buena filosofía. Cada vez más empresas han comprendido que apelar a la conciencia de los consumidores es el camino hacia otro tipo de relación, más duradera y de mayor valor. Intente que su producto haga sentir bien al consumidor, es una interesante manera de fidelizar.

La sostenibilidad es el camino, no es el fin. Las empresas deben apostar por desarrollar una cultura “verde”, de plantearse una verdadera preocupación por el medio ambiente. Busque optimizar sus procesos de producción o venta introduciendo esta variable en la coctelera.

Interiorice la buena fe. El buen karma le reportará a largo plazo la mejor de las satisfacciones: la fidelidad de sus clientes, y reputación y confianza, elementos en alza en el mercado.

Pablo Vargas
Community Manager

Fuente: foromarketing.com