La UE trabaja en la regulación de los influencers

El Comité Económico y Social Europeo (CESE) ha hecho público un informe exploratorio titulado "La publicidad a través de influencers y su impacto en los consumidores", en el cual se aboga por la armonización normativa de la actividad de estos creadores y distribuidores de contenidos dentro del marco de la Unión Europea.

Por Luis Miguel Belda

El informe, elaborado por el secretario general de la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC), Bernardo Hernández, y el consejero Stefano Palmieri, ha sido solicitado por el Ministerio de Consumo español durante la presidencia española del Consejo de la Unión Europea en este semestre.

El CESE es un órgano consultivo de la UE, equiparable al Comité de las Regiones, compuesto por representantes de diversas organizaciones de la sociedad civil, como empresas, sindicatos, consumidores y otros grupos de interés. Se encarga de emitir dictámenes por iniciativa propia o a petición de la Comisión Europea, el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo en asuntos que afectan a los ciudadanos.

En su informe, el CESE destaca que actualmente no existe una regulación específica a nivel europeo para los influencers, aunque su actividad está cubierta por la normativa de prácticas comerciales y la audiovisual. Ante la diversidad de regulaciones nacionales de los Estados miembros, se enfatiza la necesidad de una armonización legal que garantice la protección de los consumidores en el mercado único.

El CESE hace un llamamiento a la Comisión Europea para que las plataformas y redes sociales jueguen un papel más proactivo en la protección de los usuarios menores de edad contra contenidos perjudiciales, como publicidad relacionada con alcohol, bebidas energéticas, juegos de azar, apuestas, pornografía, tabaco, cirugía estética, etc. Asimismo, se solicita que estos contenidos lleven una etiqueta de "prohibido a menores de 18 años", verificación de edad y opciones de control parental.

Además, se demanda una identificación clara de los mensajes con fines comerciales, mediante etiquetas como "publicidad" o "patrocinado por", evitando cualquier forma de publicidad encubierta. También se destaca la necesidad de advertir sobre el uso de imágenes retocadas, modificadas o creadas por inteligencia artificial, así como el empleo de influencers virtuales. Todas estas medidas buscan proteger la salud y seguridad de los consumidores, especialmente de los menores y otros grupos vulnerables.

El informe propone considerar los incumplimientos de estas normas como infracciones por parte de los influencers, sin eximir de responsabilidad a los anunciantes, plataformas y redes sociales.

El CESE también resalta la importancia de prestar atención al uso de prácticas engañosas, como patrones oscuros, el uso indebido o denigratorio de marcas, la promoción de productos financieros no autorizados y la existencia de falsos influencers que se aprovechan de la imagen de personas famosas sin su conocimiento, especialmente en el ámbito de las inversiones fraudulentas y las criptomonedas.

El Comité subraya el valor complementario de los sistemas de regulación voluntaria (corregulación) en los que participen todas las partes interesadas: influencers, sus representantes y asociaciones, plataformas y redes sociales, industria y anunciantes, asociaciones de autorregulación publicitaria, asociaciones de consumidores y otras entidades de la sociedad civil, así como las autoridades reguladoras.

Finalmente, el CESE señala que aún quedan aspectos pendientes de abordar en relación a la actividad de los creadores de contenido e influencers, como su situación dentro de la legislación laboral, cuestiones relacionadas con impuestos sobre la renta y el valor añadido, así como la actividad específica de los influencers infantiles, que requieren un análisis cuidadoso a nivel de la Unión Europea.