16. La franquicia
Si hacemos un seguimiento y análisis, tanto del mercado nacional como internacional, podemos decir que la franquicia resulta ser la fórmula de distribución más dinámica que existe en la actualidad y que cuenta con un gran futuro comercial, principalmente en España. En los últimos 10 años se ha producido en nuestro país un aumento significativo de cadenas en sistemas de franquicia. En 1990 existían 195 empresas franquiciadoras, a finales de 1995 ya operaban 340, la mayoría de ellas de capital español, mientras que a comienzos del año 2001 se contabilizan más de 700. Esto supone un crecimiento anual del sector que se aproxima al 16 por 100. Algunos sectores están más desarrollados y parecen más saturados pero en otros, el campo se presenta casi inexplorado.
Aun así, la diferencia cuantitativa que mantenemos con otros países es elevada. A título de ejemplo, comentaremos que en EE.UU. la franquicia supone más del 50 por 100 del comercio minorista; en Francia cercano al 20 por 100, mientras que en España sólo representa algo más del 7 por 100.
El sistema de franquicias se ha convertido en una fórmula cada vez más acertada y amplia para poner en marcha una actividad comercial. Muchos negocios, amparados por una marca reconocida, una gama de productos o servicios demandados en el mercado y un know-how específico, buscan en el sistema de franquicias una forma de expansión rápida dentro de un ámbito geográfico determinado.
Pero al igual que nos encontramos inmersos en un cambio de las tendencias generales en la distribución comercial, he de decir que el sector franquicias también se verá envuelto de forma creciente, en un profundo cambio que tendrá como consecuencia la clarificación del sector y por ende la aún mayor consolidación de la que goza actualmente, ya que el éxito de la franquicia se basa principalmente en la confianza y reconocimiento mutuo que se debe producir entre el franquiciador y franquiciado. Pero realmente, ¿qué es una franquicia?.
Podemos definirla como un sistema de comercialización de productos, servicios o tecnologías basado en una colaboración estrecha y continua entre personas físicas o jurídicas financieramente distintas e independientes, denominadas franquiciador y franquiciado. En esta relación comercial el franquiciador otorga al franquiciado el derecho a explotar su idea de negocio conforme al concepto y criterio del franquiciador. Este derecho faculta al franquiciado a la utilización del nombre comercial, marca de los productos o servicios, know-how y demás derechos de propiedad intelectual que posea el franquiciador a cambio de una contraprestación económica, pactada dentro del marco legal de un contrato escrito y firmado por ambas partes.
El origen de la franquicia podemos situarlo en EE.UU. hacia el año 1929, donde la General Motors se valió de ella para oponerse a la ley antitrust, que le prohibía como fabricante tener su propia red de vendedores. En España comenzó tímidamente en la década de los sesenta con la implantación de firmas como Pingüin, Spar o Pronovias, pero no se hizo notar hasta los años setenta cuando una serie de cadenas, principalmente multinacionales, se establecieron con cierta fuerza: Burger King, Prenatal...
Entre los años ochenta y noventa se acelera el punto de salida, tanto para las empresas como para las tiendas, siendo punto de arranque para franquicias españolas con éxito como Telepizza, Adolfo Domínguez, Mango, MRW, Pan's & Company..., y otras no nacionales como McDonald's, Rodier, Body Shop, Häagen Dazs, Bo Concept...
La situación actual de la franquicia en España está cambiando sus datos continuamente, por ello he considerado oportuno no facilitar ninguno ante la disparidad y multitud de datos que existen en las diferentes fuentes y guías de franquicias que se encuentran en el mercado, así como los manejados por las Cámaras de Comercio, verdaderas motores de gestión y ayuda para el sector.